Visto que la pandemia de la Covid-19 ha venido para quedarse con nosotros durante un tiempo, los estragos económicos que está provocando también se están previendo a largo plazo. Las subidas de contagios y las consecuentes restricciones en las Comunidades Autónomas siguen afectando a los negocios y, por tanto, a las economías familiares.
Esta segunda ola no nos ha dejado recuperarnos del primer batacazo y miles de negocios siguen echando el cierre o en ERTE, lo que supone que muchas familias vean reducidos sus ingresos, incluso hasta llegar a cero.
La situación de las empresas
Según revela el barómetro de septiembre de “La Pyme de Cepyme”, la crisis derivada de la pandemia ha reducido los ingresos del 92% de las pequeñas y medianas empresas. Casi la mitad de ellas han visto mermados sus ingresos a la mitad.
Por otra parte, en términos de morosidad, la Estadística de Procedimiento Concursal del INE constata que el número de procedimientos concursales en España aumentó en un 51% entre el segundo y tercer trimestre de este año, a pesar de que es en verano cuando históricamente se reduce el número de los concursos de acreedores.
Además, según Cepyme, más de la mitad de las microempresas, en concreto el 57%, ya están sufriendo la morosidad de sus clientes, lo que puede llevar a esos negocios al impago o al cierre.
Consecuencia de la morosidad en la segunda ola para la banca
Los últimos datos que el Banco de España ha ofrecido en cuanto a la morosidad la sitúa en el 4,7% en agosto. Visto el aumento de la morosidad en este año, el corporativo decidió establecer cinco medidas en relación a la moratoria:
● Moratorias legales para deudas con garantía hipotecaria.
● Para las obligaciones derivadas de los contratos de crédito sin garantía hipotecaria.
● Régimen especial para los acuerdos de moratoria sectoriales alcanzados entre las entidades prestamistas y sus clientes.
● Moratoria específica del sector turístico.
● Moratoria específica del sector del transporte público de mercancías y discrecional de viajeros en autobús.
A consecuencia de estas medidas, el impago hipotecario ha suspendido más de 20.500 millones de euros en pagos y casi 3.000 millones de euros en moratoria por crédito no hipotecario.
Con estas medidas se ha tratado de paliar la recesión que podría haber causado pérdidas de miles de millones de euros y se habría traducido en daños mucho mayores del tejido empresarial.
Cómo han de afrontar las familias la morosidad en la segunda ola
Este año ha debido estar marcado por la reducción en gastos para todas aquellas familias que se han visto afectadas por la crisis derivada de la pandemia.
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