Productos financieros

Cuentas de ahorro: ¿qué debo saber para abrir una?

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Atrás quedaron aquellas cuentas que ofrecían rentabilidad a cambio de mantener tu dinero a un plazo fijo sin posibilidad de tocarlo en caso de necesidad. Con las cuentas de ahorro, podrás depositar tu dinero en una cuenta sin privación de acceso cuando lo desees y, además, obtendrás unos intereses por ello. 

De esta forma, las cuentas de ahorro son un recurso para ahorrar, obtener rentabilidad y disponer de liquidez fácilmente, todo en uno. 

Puntos a valorar sobre las cuentas de ahorro

En primer lugar, es importante aclarar que la rentabilidad que reporta no suele ser muy alta. Por lo que no es el producto financiero ideal para aquellos que quieran obtener ingresos elevados a partir de lo invertido. El TAE que ofrecen estas cuentas, dependiendo del banco con el que se contrate y de otros agentes externos, suelen variar entre el 0% y el 1% TAE, siendo la media del 0,3% TAE en 2018.

Además, las cuentas de ahorro no están pensadas para funcionar como cuentas corrientes, ya que, aunque permitan meter y sacar dinero con libertades, el fin de la cuenta de ahorro es obtener rentabilidad de ella. Si se está cambiando el saldo constantemente, será más difícil que reporte los beneficios esperados. Sin embargo, si se busca un híbrido entre estos dos productos financieros, la solución ideal es la cuenta remunerada

¿En qué se diferencia una cuenta de ahorro de una cuenta remunerada?

El resultado de mezclar una cuenta de ahorro con una cuenta corriente tradicional es la cuenta remunerada. Este producto financiero ofrece una rentabilidad más elevada y la inversión se puede recuperar en cualquier momento, sin penalización. 

Sin embargo, aunque los primeros meses esta cuenta tiene unos tipos de rentabilidad muy elevados, con el paso del tiempo se van reduciendo, normalmente por debajo de los depósitos. 

Otro inconveniente es que las cuentas remuneradas imponen limitaciones en la operatividad. Esto significa que no suelen admitir domiciliaciones, ni vinculaciones con tarjetas u otros productos bancarios, ni transferencias. 

No te dejes seducir fácilmente

Aunque las cuentas de ahorro y las cuentas remuneradas parecen productos financieros inofensivos y pensados solo para tu beneficio, siempre hay que leer la letra pequeña y valorar diferentes opciones y dar con aquella que cubre mejor tus necesidades.

Todo producto financiero que provenga de entidades bancarias conlleva unos gastos de gestión y algunos pueden incluir comisiones que tendrás que pagar cada cierto tiempo. 

Además, para contratar una cuenta de ahorro, muchos bancos piden como requisito indispensable la contratación de otro producto financiero al que vincularla, lo que incrementa los costes. Otra condición posible es que impongan un saldo mínimo y/o máximo que debes tener en tu cuenta de ahorro.

Desde Resuelve tu Deuda, siempre recomendamos priorizar el ahorro y evitar aquellos productos financieros que nos puedan inducir algún riesgo, puesto que podrías acabar endeudado.