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Lo que debes saber antes de pedir una hipoteca

Hipoteca

Una vez que has tomado la decisión de comprar una vivienda, quedan otras muchas otras por delante. Entre ellas está la de pedir una hipoteca: ¿con qué banco?, ¿cómo calculo mi hipoteca?, ¿cuántos años estaré atado a un préstamo hipotecario?… Aquí te ayudamos a disipar tus dudas y a conocer más la teoría sobre las hipotecas para que puedas llevarla a la práctica sin errores. 

Hipotecas y euríbor

El euríbor es un índice de referencia que indica el tipo de interés al que se prestan dinero los bancos pertenecientes a la Unión Europea entre sí. Desde la aplicación de la moneda euro, este indicador es el que marca los intereses de los préstamos, en especial de los hipotecarios. 

El tipo de interés de las hipotecas está formado por dos componentes: un índice de referencia, que es el euríbor, y el diferencial fijo acordado entre el cliente y la entidad. El interés de las hipotecas se revisa semestral o anualmente, lo que implica que, si ha habido cambios en el euríbor, estos repercutirán en tu hipoteca. 

Desde febrero de 2016, el índice del euríbor es negativo, lo que significa que la entidades pagan a otras por prestarles dinero. Esto se debe a que a los bancos pueden conseguir dinero muy barato, gracias a que el BCE tiene sus tipos en 0%, pero les cuesta más dinero mantenerlo guardado. Esto es beneficioso para los préstamos hipotecarios, pero se prevé que esta situación se dé la vuelta en 2021. Por esta razón, para evitar la incertidumbre futura, muchos hipotecados prefieren establecer un interés fijo en su hipoteca

Cómo calcular mi hipoteca

Si se ha escogido un préstamo de interés variable, hay que tener en consideración unos componentes que forman estos créditos hipotecarios y que son clave manejar antes de pedir una hipoteca. En primer lugar, conocer bien el diferencial de tu tipo de interés. En este punto hay que ser un buen negociador para que tu banco fije el valor más bajo posible. 

Las hipotecas, además, no están exentas de comisiones, tanto de apertura como de amortización anticipada, subrogación y novación. Es importante conocer de antemano estas comisiones para no llevarse sorpresas cuando se quieran hacer cambios en el contrato hipotecario

Por su parte, cada banco cuenta con una herramienta para calcular la hipoteca, a la que llaman simulador de hipotecas. A la hora del cálculo se tienen en cuenta aspectos cualitativos como la finalidad de la vivienda o la ciudad en la que se vaya a adquirir, y otros cuantitativos como los ingresos mensuales, el monto ahorrado, el valor de compra o en cuántos años se va a querer pagar. 

La Asociación Hipotecaria Española ofrece además una tabla para conocer las posibles variaciones en escenarios alternativos. 

Requisitos para pedir una hipoteca

Todo banco te pedirá que tengas al menos un ahorro del 20% del valor de la vivienda, ya que es muy improbable que una hipoteca cubra el precio de la casa al completo. Es recomendable, además, que puedas cubrir el coste de los gastos de compraventa y los de escrituración de la hipoteca. 

También exigen que tengas unos ingresos acordes a la cuota de tu hipoteca. Es decir, que con el 30% de tus ingresos puedas cubrir los pagos mensuales del préstamo. Si vas a compartir tu nueva casa con tu pareja, podréis establecer una titularidad conjunta para equilibrar las mensualidades que debes pagar al banco. También te pueden pedir que tengas un trabajo fijo e indefinido.

Por último, si figuras en alguna lista de morosos como ASNEF o si tienes más préstamos vigentes, se reducen las posibilidades de que el banco te conceda la hipoteca.

Nuestros consejos para pedir una hipoteca

Para tomar esta decisión, te recomendamos tener en cuenta todas las variables que puedan influir en tu hipoteca, tanto en el momento de la firma como en los años posteriores que dure el pago, así como ser ágil en la negociación y estar atento a la letra pequeña. 

Una hipoteca no deja de ser un préstamo más, y es uno de los que más monto requiere pagar mensualmente. Es por ello que hay que ser constante en el ahorro para poder hacer frente a las cuotas y evitar endeudarse más con otros préstamos, quizás innecesarios.