Imagínate que tienes 30 años y te conviertes en madre/padre soltero. Tienes un trabajo que te paga poco más de 3 salarios mínimos al mes y también debes ayudar a solventar los gastos de tus padres cuyo único ingreso es su pensión. Esta historia es muy común de encontrar entre papás endeudados y es la posición en la que se encontraba mi mamá a principios de los años 90.
La situación formó una bola de nieve que orilló a mi mamá a recurrir a las tarjetas de crédito para poder solventar los gastos. Así que en este caso puedo asegurarles que el motivo de endeudamiento no fue la mala administración, si no la vida misma.
En total la deuda de mi mamá ascendió a unos $80,000 pesos dividida en unas 4 tarjetas de crédito Las primeras nociones que tengo sobre la deuda se relacionan con la crisis del 94, pues la deuda que tenía al momento se duplicó y mi mamá no podía siquiera cubrir los intereses. En ese momento recurrió al banco para hacer una reestructura de su deuda.
A partir de ese momento, en mi recuerdo siempre está que ella debía asignar parte de su sueldo para el pago de las tarjetas, de las cuales casi siempre pagaba el mínimo, por supuesto. El dinero que hacía falta para cubrir gastos volvía a salir de las tarjetas, lo cual nos metió en un círculo vicioso que duró años.
Mi mamá nunca intentó encubrir el problema. Incluso platicaba conmigo sobre las diversas opciones que encontraba para reducirlo un poco. Como la consolidación, una alternativa que le llegó de uno de los bancos donde tenía deudas y que le permitía reunirlas todas en una sola cuenta. Nos pareció una buena idea y lo llevamos a cabo, aunque no recuerdo muy bien por qué sólo juntamos dos deudas y no el total. Así que el problema se redujo poco.
Como hija siempre sentí que el problema era de las dos y que debía asumir la responsabilidad correspondiente. Pues de esas tarjetas había salido la computadora y los libros con los que estudiaba, la ropa que necesitaba para vestir e incluso algunos gustos que mi mamá había querido complacerme.
Así que cuando salí de la universidad y empecé a ser una persona económicamente activa, elaboramos un plan para poder liquidar su deuda más rápido. Este se trataba de pagar el mínimo de todas las tarjetas, excepto de la que tenía la deuda más pequeña o de la que generaba más intereses; a esa tarjeta se le dedicarían esfuerzos mayores. Una vez liquidada esa primer tarjeta, aplicamos el mismo plan con la siguiente que cumpliera alguno de esos criterios y así subsecuentemente hasta terminar con todas. Con este plan nos llevó unos 36 meses liquidar todas las cuentas.
No conocía lo que era una reparadora de crédito hasta que entré a trabajar a Resuelve tu Deuda. Sin duda, hubiéramos recurrido a este método de haberlo conocido antes. Esto nos hubiera permitido recuperar la tranquilidad y nuestra estabilidad económica en menos tiempo.
El día que liquidamos la última tarjeta fuimos a comer después de salir del banco. Y caminar se sentía como si hubiéramos perdido kilos y kilos de peso, algo así como lo que han de pesar $80,000 en monedas de 10 centavos.
Gracias a esta situación, desde joven he sido afín a temas relacionados con finanzas personales, como el ahorro y la importancia de tener un presupuesto. Lucho contra los gastos hormiga todo el tiempo y contra el impulso de gastar mi dinero en cosas que realmente no necesito y que no se encuentran previstas. Sí, no todo puede planearse, como las emergencias médicas; pero esas vacaciones, el nuevo modelo del celular que tanto te gusta y hasta ese posible concierto de tu banda favorita puede contemplarse para este nuevo año con anticipación.
El sobreendeudamiento siempre será una situación difícil y más si no se tiene una comunicación abierta al respecto. En muchas ocasiones los padres no suelen ser muy claros con las finanzas familiares pero, como hijos, de alguna forma siempre podemos intuir qué pasa y ver la manera de contribuir.
Si tú que estás leyendo esto, te encuentras en esta situación, te recomiendo que te acerques a tus padres y muestres interés por conocer el estado real para poder generar un plan de acción. Sentir el apoyo de los hijos y/o de otros miembros de la familia es fundamental para que una persona pueda superar su proceso de endeudamiento.
Si eres padre y quieres conocer algunos tips para hablar de deudas con tu familia, te recomendamos el siguiente artículo: Cómo hablar de mis deudas con mi familia (tips)