El sobreendeudamiento es una problemática común entre millones de mexicanos, y es por eso que en el mercado financiero existen miles de empresas que brindan soluciones a las personas que se encuentran en esta situación.
Entre dichas empresas están las reparadoras de crédito, como Bravo, cuyos asesores fungen como intermediarios entre los deudores y sus acreedores para conseguir descuentos sobre el monto adeudado.
Y, al mismo tiempo, ayudan a establecer planes de ahorro personalizados para que sus clientes puedan pagar sus deudas con sus propios recursos, sin la necesidad de más préstamos.
Con este modelo de negocio, los deudores pueden recuperar su libertad financiera fácilmente, pero, a pesar de que las reparadoras llevan más de una década en el mercado, aún generan cierta desconfianza.
¿Qué es Bravo México?
En 2009, los empresarios mexicanos Juan Pablo Zorrilla y Javier Velásquez crearon Bravo, una reparadora de crédito que tiene el objetivo de ayudar a millones de mexicanos a salir del sobreendeudamiento y recuperar su tranquilidad financiera.
El modelo de negocio fue tan exitoso en nuestro país, que en muy poco tiempo se pudo migrar a otros países de América Latina y Europa, como Colombia, Brasil, Portugal, Italia y España. Hoy, Bravo es la reparadora de deudas líder en México, donde ha ayudado a miles de personas a retomar el control de sus finanzas.
Bravo México basa su programa en la disciplina, la planificación financiera y el ahorro, y cuenta con un equipo de asesores financieros que tienen las habilidades necesarias para negociar descuentos para sus clientes con las entidades financieras a las que les deben, y crear planes de ahorro a la medida.
¿Cómo funciona Bravo?
Los 14 años de experiencia de Bravo le permiten negociar con las instituciones financieras y conseguir descuentos de hasta 70% sobre el monto de la deuda de sus clientes, así como nuevas condiciones de pago.
Además, los asesores de Bravo ayudan a sus clientes a diseñar un plan de ahorro que les permita liquidar sus deudas con recursos propios.
El programa de Bravo México consiste en los siguientes pasos:
Cuando una persona se acerca a Bravo, obtendrá asesoría financiera gratuita por parte de los asesores, quienes evaluarán detalladamente su situación financiera.
Posteriormente, los asesores iniciarán una negociación con la institución acreedora para tratar de conseguir el mayor descuento posible sobre la deuda del cliente.
Si la negociación es exitosa y el deudor está de acuerdo con las nuevas condiciones de pago, se firmará un convenio para sellar su compromiso de pago.
Finalmente, el deudor creará un plan de ahorro con ayuda de los asesores de Bravo, a fin de que no tenga que pedir más préstamos para pagar su deuda.
¿Es una solución segura?
Bravo México se encuentra respaldada por sus más de 14 años de experiencia, en los que ha ayudado a más de 400,000 personas a liquidar sus deudas y mejorar su situación financiera; además de que su modelo ha sido probado exitosamente en otros países, por lo que es una empresa 100% consolidada y confiable
Cabe mencionar que actualmente, en México, no hay un marco legal que regule a las reparadoras de crédito, sin embargo, Bravo se encuentra supervisada por la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco), y cuenta con todos los permisos necesarios para su operación.
Además, la firma cuenta con políticas estrictas de autorregulación y con apego a las mejores prácticas en beneficio de sus clientes.
Entre estas políticas se encuentran:
- Cláusula de un año en el programa: Si un cliente cumple con sus pagos durante 12 meses seguidos, y no se ha liquidado ninguna de sus deudas, Bravo garantiza la devolución de los honorarios que se hayan pagado.
- Seguro de negociación: Si el cliente cumple con el programa al pie de la letra, pero el acreedor no respeta el acuerdo al que se llegó en la negociación, Bravo llevará el caso ante la Condusef, y si no se resuelve, Bravo pagará la deuda total.
- Garantía de Ética: Si los asesores de Bravo no demuestran que han trabajado en la negociación de la deuda, al terminar el contrato, se pagará al cliente una pena convencional por incumplimiento.