Si estás pensando en dejar de guardar tu dinero bajo el colchón y meterlo al banco, has llegado al lugar adecuado, pues aquí te explicaremos cuál es la diferencia entre abrir una cuenta de ahorro y una cuenta corriente.
Además, te explicaremos cuáles son los pros y contras de cada uno, de modo que puedas identificar cuál es la opción que mejor se adapta a tus necesidades.
Lo primero que haremos será darte las definiciones concretas de cada una.
- Cuenta corriente: Es aquella cuenta bancaria que permite ingresar fondos y disponer de ellos de forma inmediata, mediante la emisión de cheques, talonarios, entre otros. Su principal objetivo es que su titular tenga liquidez; sin embargo, no suele generar intereses.
- Cuenta de ahorro: Es aquella cuenta bancaria, que como su nombre lo dice, sirve para ahorrar en el tiempo y genera intereses por el saldo existente. No obstante, el titular no puede disponer del dinero siempre que quiera, pues deberá acordar con la institución financiera un lapso para no tocarlo.
En pocas palabras, la diferencia concreta entre una y otra, es que en la primera tienes tu dinero siempre disponible, pero no crece porque no obtienes rendimientos; mientras que en la segunda, sólo lo puedes retirar después de cierto tiempo, pero eso hará que crezca gracias al pago del banco.
¿Qué cuenta es mejor?
La anterior es una pregunta que no tiene respuesta, pues como muchas cosas en la vida, lo mejor es con lo que más cómodo te sientas, y sobre todo, lo que más se adapte a las necesidades que tienes y al momento en el que te encuentres.
Lo que sí podemos hacer es ayudarte a encontrar cuál es el tipo de cuenta bancaria que más te conviene.
Por ejemplo, si eres una persona a la que le cuesta ahorrar e inclusive hay meses en los que no logras guardar nada, lo que te recomendamos es comenzar por una cuenta corriente, pues tendrás tu dinero en un lugar seguro y siempre estará al alcance por si tienes que recurrir a él.
Este tipo de cuentas también son lo mejor si eres alguien que debe hacer circular el dinero de manera constante, es decir, que tienes que hacer muchos pagos en el mes.
También aplica para personas morales, es decir empresas. En este caso una cuenta corriente es la mejor decisión, pues el dinero puede estar seguro y siempre disponible para todos los pagos que se deben hacer, por ejemplo a proveedores o empleados.
En cambio, supongamos que eres una persona con un empleo estable y que siempre te queda dinero a final de mes o bien, ya tienes cierto ahorro que sabes que no vas a necesitar en un tiempo. En este caso la mejor opción es una cuenta de ahorro.
Asimismo, este tipo de cuenta pueden ser utilizadas para alcanzar una meta, como por ejemplo, reunir el dinero suficiente para que en un año o en el tiempo que te plantees, cuentes con lo suficiente para dar el enganche de un carro, una casa o cualquier otro bien que esté en tu mente.
Toma en cuenta que aunque todos los bancos tienen mecanismo distintos, las cuentas de ahorro suelen ser de 1, 3, 6 o 12 meses. Es decir, que en ese tiempo no podrás sacar tu dinero, pero a cambio, también se te pagará una tasa de interés.
Estas son las ventajas de cada cuenta:
Cuenta corriente:
- Comisiones: la mayoría están libres de comisiones de apertura, mantenimiento, etc.
- Contratación: Es muy fácil.
- Disponibilidad de dinero: Siempre está a tu alcance
- Tarjeta. Tu cuenta está asociada a una tarjeta de débito.
- Tecnología. Puedes hacer uso de la banca electrónica y digital.
Cuenta de ahorro:
- Ganancia. Se te otorga un pago en forma de tasa de interés.
- Contratación. Es muy fácil.
- Tecnología. Puedes hacer uso de la banca electrónica y digital.
- Productos asociados: los clientes que tienen una cuenta corriente pueden acceder a productos y ventajas ofrecidos por la entidad bancaria como planes de pensión, fondos de inversión, etc.
Estas son las desventajas de cada cuenta:
Cuenta corriente:
- Intereses: Es una cuenta que no paga intereses, o en todo caso, son muy bajos.
- Monto mínimo: La debes abrir con un monto mínimo, y la cuenta nunca debe estar vacía.
Cuenta de ahorro:
- Bloqueo. Sólo puedes usar tu dinero después de un tiempo establecido.
- Penalización. La institución te cobra una comisión a manera de castigo en caso de que uses el dinero antes del lapso acordado.
- Debes renovar la cuenta cada vez que finalice el periodo que se estableció.
Como te habrás dado cuenta, ambas opciones tienen sus puntos buenos y malos, aunque en ambos casos los beneficios son mayores. Lo único que debes hacer es saber cuál se adapta mejor a tus necesidades.