Si recientemente has iniciado tu vida laboral, además de felicitarte, queremos explicarte algunos conceptos que empezarás a conocer al momento que empieces a pagar impuestos, solicites algún crédito bancario o cambies de empleo.
Al principio los términos se te harán un poco confusos, pero la experiencia dicta que si logras comprender la definición básica del tema, no tendrás problemas durante tu carrera profesional al momento de rendir cuentas con las autoridades fiscales o tengas que realizar un trámite de carácter financiero.
En ese sentido, te invitamos a que conozcas los términos básicos de la forma en que deberás relacionarte con el Servicio de Administración Tributaria en México, mejor conocido como SAT, la autoridad encargada de cobrar impuestos.
¿Trabajador o empresa?
En términos sencillos, al iniciar tu vida laboral, ante la autoridad tributaria serás clasificado como “persona física”. El SAT lo define de esta manera:
“Es un individuo que realiza cualquier actividad económica (vendedor, comerciante, empleado, etc.), Tiene obligaciones que cumplir y derechos”
Así, una persona física es registrada ante el SAT, dependiendo la forma en que obtiene ingresos. Esta clasificación, conocida como “régimen para personas físicas”, enlista a un trabajador de la siguiente forma:
- Asalariado: Aquí se clasifican las personas que trabajan para una empresa o institución pública donde su sueldo alcanza los 400 mil pesos anuales.
- Honorarios: Esquema con el cual una persona ofrece sus servicios de manera independiente a empresas, gobierno e incluso otras personas.
- Actividad empresarial: clasifica a las personas que obtienen ingresos en actividades como comercio, industria o servicios, donde no importa su nivel de ingresos.
- RIF (Régimen de Incorporación Fiscal): Clasifica a las personas que tienen algún tipo de actividad comercial, principalmente en la venta de mercancías o servicios de forma no profesional, cuyos ingresos son menores a 2 millones de pesos al año.
- Arrendamiento: Esquema con el cual una persona física deberá pagar impuestos a partir de los ingresos que obtenga por la renta o alquiler de algún inmueble, ya sea para uso habitacional, comercial o industrial.
Como habrás notado, una forma sencilla de entender la definición de persona física es que se trata de un individuo que tiene ingresos y dependiendo la actividad y el monto que obtiene deberá pagar cierta cantidad de impuestos.
Sin entrar a detalles, se trata también de la clasificación contraria a la “persona moral”, la cual está enfocada básicamente a las empresas.
El registro ante el SAT
Una vez que hemos definido los regímenes con los cuales la autoridad fiscal clasifica a una persona física y la forma en que deberá pagar impuestos, ahora hablaremos de la forma en que puedes comenzar tu vida como contribuyente.
Básicamente se trata de obtener tu Registro Federal de Contribuyentes (RFC). Para esto, el trámite es bastante sencillo, ya que puede hacerse un pre-registro desde la página de internet del SAT únicamente con tu CURP, llenar unos formularios y hacer una cita para acudir de forma presencial a concluir el proceso. Ahí, deberás llevar los siguientes documentos:
- Acuse de preinscripción al RFC otorgado por el SAT en el trámite en línea
- Comprobante de domicilio
- Identificación oficial con fotografía
- Acta de nacimiento
Al acudir a la cita con la documentación solicitada, el SAT te dará:
- Una hoja con la vista previa de tus datos
- Cédula de Identificación Fiscal
- Acuse de Inscripción en el RFC
La firma electrónica
A partir de este momento, el SAT te entregará la parte más importante de tu registro como contribuyente. Así, una vez que recibiste el acuse de inscripción al RFC, deberás ir 30 días después al SAT de nueva cuenta para que te otorguen tu Firma Electrónica (FIEL), un archivo electrónico con el cual realizarás la mayoría de tus trámites ante la autoridad tributaria.
Ser una persona física implica varios compromisos ante las autoridades mexicanas, principalmente, el pago de impuestos. En ese sentido, te invitamos a ser responsable con el manejo de tu información fiscal y que, dependiendo en el régimen en que te inscribas al SAT cumplas con los plazos establecidos para el cumplimiento de tus contribuciones fiscales.
